26.12.11

1941 LA INVASIÓN DE LAS ISLAS CANARIAS POR LOS ALIADOS

Esta es la historia de los planes de invasión que las tropas aliadas en la Segunda Guerra Mundial elaboraron para llevar a cabo la toma del archipielago , en caso de que Franco hubiera consentido en permitir la entrada de los alemanes a la Península con el objetivo de tomar Gibraltar , que era una de las metas principales del ejercito nazi.
Estos planes hoy son conocidos en toda su profundidad debido al levantamiento que han hecho los gobiernos de las naciones implicadas , del secreto y desclasificación de papeles.

El 20 de Septiembre de 1941 se firmo la orden que ponia en marcha el llamado plan Pilgrim, la invasion de las Islas Canarias por parte de las fuerzas Armadas Britanicas.
La fuerza tenia que estar disponible y preparada,la orden final podia llegar en cualquier momento.  
Se señalaba como objetivo prioritario , la captura de la Isla de Gran Canaria, en especial de la ciudad de las Palmas y de su puerto, también conocido por puerto de la Luz, y del aerodromo de Gando. 
El desembarco se realizaria en Gando,avanzando hacia el norte de la isla hasta llegar a Las Palmas.Si en 48 horas no se habian conseguido progresos significativos o se opusiera mucha resistencia por parte española,se proponian 2 alternativas:
  
La primera consista en EL BOMBARDEO por la flota las ciudades de Las Palmas, y el puerto de Santa Cruz,con su refineria de petroleos, y un bombardeo aereo sobre el aerodromo de los Rodeos en la Isla de Tenerife,y  a continuacion exigir la capitulacion.

La segunda era un asalto nocturno al Puerto de las Palmas basado en el factor sopresa y la rapidez.  
El asalto inicial a Gando iria precedido por los fuego de apoyo de un Acorazado ,encargado de silenciar las baterias de costa de Arinaga y Gando.
Séis barcos Dragaminas limpiarian un canal en la bahia de Gando, que se suponia minada, por donde entrarian los transportes y 4 destructores para el apoyo de fuegos cercano bajo la proteccion de cortinas de humo.  El desembarco lo realizaria una Brigada de Royal Marines,precedidos por el Comando 9, encargado de tomar la base Aerea y las baterias de costa. 
Esta brigada debia avanzar hacia Las Palmas,mientras otra brigada desembarcaba en la bahia de Arinaga, unos kilometros mas al sur, para cojer a las fuerzas del sector de Gando por la retaguardia. Este segundo desembarco seria apoyado por un crucero pesado y varios destructores.  
Por ultimo una tercera brigada quedaria como reserva, o para ser utilizada en caso necesario en el asalto al puerto de las Palmas. 
En junio de 1941 se formó en Inveray(Escocia) la Task Force 110 que debia tomar parte en este plan.
Quedó al mando del General de la IM, Sturges. La unidad estaba compuesta por 3 brigadas del Ejercito, 2 de la Infanteria de Marina,un comando tambien de ese cuerpo y unidades de apoyo de artilleria y acorazadas,unos 25.000  hombres en total.

La falta de buques de transporte y desembarco en esta epoca hacia que fuera imposible emplearla completa, solo existiendo medios de desembarco anfibio para 2 brigadas y siendo limitados muy seriamente los medios de apoyo. 
  
En enero de ese año, la Marina Britanica solo contaba con 3 buques de asalto de tropas, la clase Glen, su primera actuacion fue en Grecia, donde ayudaron a evacuar a las tropas britanicas tras el ataque aleman.  
Durante julio y Agosto ,las fuerzas britanicas realizaron ejercicios de desembarco en las costas de Escocia, que por otra parte no se parecen nada a las Canarias .En agosto se realizo un simulacro de asalto y forzamiento de un puerto, en la base de Scapa Flow, que acabo en total desastre, uno de los transportes de tropa hasta encalló
Los britanicos no pensaban utlizar bombarderos, sino cazas Hurricane, muy superiores a los Fiat CR-32 de Gando, el dominio del aire quedaría desde los primeros momentos de parte britanica, el naval lo tenian por descontado. Toda la fuerza naval española en Canarias se reducia a un par de Cañoneros y Minadores. 
 Solo se contaba con 2 baterias en la zona, la de Gando solo tenia 2 piezas Vickers de 152,4 y la de Arinaga con 3 Munaiz Arguelles de 1906 con solo 13.000 metros de alcance. Lo logico es que fueran acalladas por la artilleria gruesa inglesa o atacadas por la aviacion , si no habian sido antes tomadas al asalto por sopresa por los comandos ingleses.
Los britanicos conseguirian desembarcar teniendo muchas menos bajas que las previstas por el mando español, mientras las lineas de defensa propias soportarian el ataque aeronaval sin poder hacer practicamente nada.  Una vez en tierra , el superior poder de fuego britanico conseguiria reducir uno a uno los centros de resistencia españoles. 
Una vez logrado esto se les abria a los britanicos el camino hacia Las Palmas,sin contar que el segundo desembarco en Arinaga cojeria a las fuerzas de Gando por la retaguardia partiendolas en dos.

Los dragaminas entrarian en el puerto de noche,limpiando un canal ya que se suponia que el puerto contaba con defensa submarinas, no era esa la realidad,seguidos de los destructores con las tropas de los Royal Marines.Una vez ya en el puerto y lograda la sorpresa inicial, la flota inglesa empezaria a bombardear los objetivos militares,seguida por la aviacion enemiga.  
La artilleria antiaerea en toda la isla estaba formada por 8 piezas de 75mm Flak-14 ex alemanas y 3 de 76,2 /55 modelo 31 rusas,con direccion de tiro BECT III, ambas provenientesde la guerra civil, y unas 24 ametralladoras de 20mm y sobre 10 de 7,92mm.
 
Los britanicos calculaban que el puerto era defendido por 15 baterias de costa,... eran 11 en realidad, 8 de ellas sistema Ordoñez,-estas eran piezas con 50 años de servicio, totalmente obsoletas. Las otras eran, una bateríacon piezas italianas de 102mm,..otra Munaiz Arguelles de 150mm corta de alcance, y la otra con Vickrs de 152,40. Esta bateria de solo 2 piezas era la unica moderna, pero poco podia contra la artilleria pesada de un Acorazado.  
 
El Servicio de torpedos y armas submarinas de la Base naval de Canarias se encargaba de los torpedos fijos, rastras, paravanes, minas, y obstrucciones submarinas. En 1942 no tenia ni el personal ni los medios adecuados para cumplir ni remotamente su mision. Habia minas y torpedos pero estas eran de modelo anticuado y estaban en deficiente estado de conservacion y los torpedos no se podian usar ya que la base carecia de compresor de aire,quedando los torpedos durante toda la guerra guardaditos en su almacen.
En cuanto a la Infanteria de Marina, los britanicos creian que existia un regimiento de 3 batallones. En realidad por esa epoca el Tercio de Canarias contaba con solo 4 compañias, 3 de fusiles y una de armas pesadas. Esto  fué un error de los servicios secretos ingleses, que casi con toda seguridad dirigia el Gerente de una firma inglesa en Las Palmas,...,la Casa Miller, con oficinas en el mismo Puerto y muy cerca de la base naval.
La misma base naval estaba es construccion, no se acabo hasta bien entrado 1943, sirviendo el viejo cañonero Lauria como cuartel-ponton flotante.
En septiembre de 1942 nuevos peligros acechan en el horizonte, con dos nuevos reemplazos movilizados se llega a los 35.000 hombres en armas, que llegarian a los 38.000 en Noviembre.  
Hay de nuevo peligro de invasion, los aliados tienen un nuevo plan , llamado Tonic, por si España reacciona de alguna manera poco amistosa ante la Operacion Torch.
El Plan Pilgrim se mantuvo durante mucho tiempo al filo de la navaja.
Así lo confirmó Churchill cuando exclamó: “Tan grande era el peligro que casi durante dos años mantuvimos constantemente en alerta de pocos días una expedición de más de 5.000 hombres y sus barcos preparados para tomar las Islas Canarias, mediante las cuales podríamos mantener el control aéreo y marítimo sobre los U-boats…….”. 


En realidad, las Canarias bien se merecen el nombre de Islas Afortunadas, pues poco faltó para que fueran invadidas más tarde por los canadienses. Todavía el 17 de octubre de 1942, el general Brooke avisó al general McNaughton de los planes para contrarrestar cualquier movimiento enemigo que pudiera neutralizar Gibraltar.
Había dos alternativas: una consistía en capturar el Marruecos español con una “Task Force” británica de dos divisiones de infantería y una brigada acorazada, y la otra era ocupar las islas Canarias, operación que en ese momento se codificó como “Tonic”. La ejecución de esta operación se ofreció al Primer Ejército Canadiense, y el general McNaughton recibió autorización de Ottawa para llevar a cabo la operación. 

El 23 de octubre se nombró al general Crerar (entonces comandante del 1º Cuerpo Canadiense) comandante de la fuerza militar para llevar a cabo el plan“Tonic”.
El objetivo específico de la operación consistía en la captura y mantenimiento de las islas de Gran Canaria y Tenerife, con la perspectiva de asegurar para uso propio los puertos de La Luz y Santa Cruz.
El grueso de las fuerzas para “Tonic” se componía de elementos de cuartel general, del 1º Cuerpo Canadiense, y de las divisiones canadienses 1ª y 3ª. 

Sin embargo, en diciembre los planes se cancelaron ante las informaciones de inteligencia que vaticinaban que los alemanes no estaban en disposición por esas fechas de amenazar Gibraltar (entonces se estaba gestando el desastre de Stalingrado). Pero el general Crerar completó y ultimó todos estos planes de invasión, que se mantuvieron disponibles para cualquier eventualidad.

Obvio es decir que estos planes nunca se tuvieron que llevar a cabo por el devenir de la guerra , que no los hizo necesarios , pero si debemos todos de ser conscientes del peligro a la que estuvo expuesto el Archipielago.

20.12.11

El Polisario.....¿nuestros amigos?

La Asociación Saharaui para la Defensa de los Derechos Humanos (ASADEDH)presentará una querella criminal ante la Audiencia Nacional contra varios dirigentes del Frente Polisario y contra cinco oficiales argelinos a los que acusa de violaciones de los Derechos Humanos, como torturas, desapariciones, asesinatos y detenciones ilegales, presuntamente cometidas en los campamentos de refugiados de Tinduf. 
Entre los querellados figura el representante del Polisario en España, Brahim Gali.
EUROPA PRESS

"Creo que podemos asegurar que en el plazo de una semana será presentada la querella ante el Juzgado Central de Madrid", declaró en rueda de prensa, celebrada en Madrid, el abogado José Manuel Romero, cuyo gabinete (ORS) ha asumido el caso.

"Son casos que verdaderamente pueden ser probados ante la Justicia española", ya que "tenemos abundante documentación y desgraciadamente, por su número, una lista de víctimas" para fundamentarlos, prosiguió.
La querella incluye "torturas, desapariciones, asesinatos y detenciones ilegales, prácticamente todo el catálogo que nuestro Código Penal establece como violación de Derechos Humanos", añadió.

Romero valoró positivamente la reciente admisión a trámite por parte del juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón de la querella presentada contra varios altos responsables marroquíes por genocidio en
Sáhara Occidental, por considerar que "sentó un precedente" que ayudará en el caso presentado por su gabinete.

Según el presidente de la ASADEDH, Ramdan Mesaud, entre los querellados figura el actual representante del Frente Polisario en España, Brahim Gali, al que se acusa de haber participado directamente en torturas,detenciones ilegales y otros actos represivos en su calidad de ministro
de Defensa del autoconstituido gobierno de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD).

Otros inculpados son los actuales ministros saharauis de Información, Sidahmed Batal, y Educación, Bachir Mustafá Sayel -ambos dirigían por entonces los servicios de seguridad de la RASD-, además de otros dirigentes del Frente Polisario y de cinco altos oficiales argelinos, a los que se acusa de complicidad de "violaciones de Derechos Humanos cometidos en territorio bajo su soberanía", afirmó Mesaud en referencia a los campamentos de Tinduf, situados en el oeste de Argelia.

TESTIMONIOS. En la rueda de prensa, el presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Consejo Real Consultivo para Asuntos de Sáhara Occidental (CORCAS), Baida El Houcine -incorporado en 1975 al Frente Polisario "convencido de la independencia del Sáhara"-, afirmó que pasó seis años y medio encarcelado en Tinduf, "en condiciones inhumanas" y sin saber cuál había sido su "pecado", salvo
"opinar diferente de la dirección del Polisario". Asimismo, aseguró que durante su periodo de reclusión fue visitado a la cárcel por el "torturador" Brahim Gali.

"Somos las víctimas olvidadas de este conflicto", declaró por su parte Dahi Agay, presidente del Comité de Desaparecidos de Tinduf. Agay, miembro fundador del Frente Polisario, fue detenido en enero de 1975 y, siempre según su testimonio, estuvo "esposado de pies y manos desde las siete de la tarde hasta las diez de la noche", antes de ser trasladado a una "cárcel clandestina".

"Nosotros habíamos condenado los ametrallamientos contra pesqueros canarios ordenados por el actual representante y entonces ministro de Defensa, Brahim Gali", prosiguió. "Él fue quien me detuvo, y con él había varios elementos de la seguridad argelina", aseveró.

Entre sus compañeros de prisión, aseguró, había "antiguos legionarios españoles que también están desaparecidos". En Tinduf hay "800 desaparecidos nacidos bajo bandera española", prosiguió. "Somos
españoles porque hemos nacido bajo bandera española, aunque yo el español no lo domino porque mi padre no me mandó a la escuela", añadió.

"Madrid es nuestra capital y esperamos que sea también la capital de la justicia", manifestó. "Si el Polisario tiene la cara de desmentir lo que decimos que lo haga, estamos dispuestos a escucharles lo que digan, pero nadie puede discutir que he estado en la cárcel", manifestó.

Otra interviniente en el acto fue Saadami Maleimin, hija de El Waly Sheij Slama, el cual, aseguró, fue "encarcelado sin ninguna razón, porque a todos los que estaban contra el Polisario, tenían cultura o
formaban parte de familias nobles había que encarcelarlos y matarlos".

"Mi padre fue el único torturado en público, repudiado por la propia población", recordó Malaimin, miembro del CORCAS. En 1982, cuando ella tenía seis años de edad y no había conocido todavía a su padre, fue obligada a presenciar junto a su madre la tortura y humillación pública infligidas a su padre delante de numerosas personas "a las que no culpo, porque también eran víctimas". "Mientras lo torturaban, mi madre me decía: 'tu padre es bueno, no hizo nada malo'", relató, con lágrimas
en los ojos. Según la ASADEDH, El Waly Sheij Slama figura entre los desaparecidos.

Los higos picos....



Domingo, 25 septiembre 2005
¡Mándese a hacer porretas!Un grupo de mayores de El Tablero desvela los encantos culinarios del higo pico, fruta que se puede llegar a convertir en turrón después de pasar por un proceso artesanal que dura unos dos meses.

por :
HUMBERTO GONAR, Tenerife

De la mano de un grupo de mayores de El Tablero visitamos una de esas fincas que forman parte de la "despensa" de Santa Cruz, como denominara a este pueblo el alcalde de la ciudad. Pasando la montaña Talavera, a los pies de la piconera, unas señoras del lugar se han propuesto recuperar una tradición, una seña de identidad de la vieja capital. Los vecinos recuerdan cómo hasta hace cincuenta o sesenta años, ajenos a la televisión, las familias se reunían en torno a las seretas cargadas de higos pico.

"La producción de El Tablero es la más rica de la Isla, junto con la de Igueste de Candelaria", aseguran. La diferencia entre los higos picos de ambas localidades estriba en el tamaño. "Los de aquí son más pequeños... y también más sabrosos", añaden las señoras.

La abundancia de esta fruta que adorna las pencas de El Tablero ha permitido que, de generación en generación, se transmitan las diferentes formas para ingerirlos. Junto al higo pico puro y duro como postre, las vecinas añaden dos nuevas variedades: las porretas y las pipillas. Ambos resultados se diferencian sólo en que en el primer caso se pelan, quitándole la fina piel exterior, mientras que a las pipillas se las deja sólo en la pulpa del higo pico.
En la casa de don Alfonso, las mayores se reúnen para reproducir una escena habitual décadas atrás. La tarea comienza con la recolección de los higos, para lo que se utiliza unas pinzas de madera que marca las distancias. La fruta se va almacenando en barreños para luego, una vez finalizada esta tarea, proceder a "barrer" los higos picos en un lecho de pinocha. Hasta ahí, la fruta recibe el tratamiento "estándar", igual para piezas que se destinen al postre o a la elaboración de porretas.
Tina, una de nuestras monitoras y vendedora de MercaTenerife, asegura que ahora se utilizan escobas de caña, pero antes, cuando la economía no estaba tan boyante, se utilizaban balos u otras especies vegetales para barrer los higos pico.
Los residentes desvelan dos de sus secretos caseros para el buen mantenimiento de la fruta: "Aunque resulte curioso, el higo pico, una vez barrido, no se puede dejar al sol porque se arruga, algo que no ocurre si no se ha barrido". Otra clave está en el higo pico que se arranca de la penca "destetado", refiriéndose con este término a la "herida" que sufre la fruta después de que se desprende de la planta. "Ahora está viniendo muchos higos de Las Palmas que, para que no se pudran, llegan costados con un pedacito de penca".

Otra vecina de El Tablero da las claves para identificar por la forma de las hojas de la penca el color del fruto. "Aquellas que son más estilizadas y finas traen higos picos blancos; las más redondas y gordas, rojos". Aunque ya se ha dicho que para gustos colores, o mejor en este caso, sabores, las vecinas que elaboran estas porretas reconocen que prefieren los higos picos blancos.

Las señoras continúan la elaboración de las porretas y se disponen a pelar la fina piel exterior para retirar los picos, porque aseguran que el secreto de la porreta está precisamente en el grueso de la piel que recubre la pulpa.

Tras pelar el higo, luego lo cortan a la mitad y van de nuevo al barreño, en donde se transporta hasta una pared de piedra que sirve de encimera para dejar durante unos quince días la fruta bajo el sol. "La duración de este proceso depende de las condiciones climáticas", añaden las mujeres mientras se aseguran de que la fruta se recubre con una tela mosquitera, no tanto por los insectos de la que toma el nombre como por los lagartos, los grandes enemigos de la cosecha en esta zona de la capital.

Una vez los higos se secan a la intemperie, el proceso continúa. "Luego hay que prensarlos. Antiguamente se colocaba la fruta entre periódicos y se prensaba". Comienza entonces otra espera, esta vez de 30 ó 45 días hasta que se consigue el resultado esperado: la porreta, un turrón exquisito por el que se llega a pagar hasta más de treinta euros por un kilo.

"Los higos quedan tan prensados que hasta se hace necesario utilizar un martillo y un cincel para separarlos", añaden.

Para los vecinos, por muy dulce que sea al paladar de esta exquisitez, más gratos son los momentos de convivencia invertidos en la elaboración de dicho manjar, un vestigio del ayer al que los mayores del lugar no renuncian, aunque se haya quedado casi como una anécdota.

Y al otro lado del mar... las Canarias

PASAJES DE LA HISTORIA DE ESPAÑA

Y al otro lado del mar... las Canarias

Por Fernando Díaz Villanueva

Jean de Bethencourt
En 1291 se perdió San Juan de Acre, la última plaza que les quedaba a los cruzados en Tierra Santa. La aventura asiática, que había hipnotizado al Occidente europeo durante doscientos años, tocaba a su fin arrojando un desastroso resultado. Europa se había dejado hasta la camisa en un lance absurdo, trufado de misticismo y perdido de antemano. Aquel mismo año, ajenos al drama de los cruzados, dos hermanos genoveses, Vadino y Ugolino Vivaldi, se hicieron a la mar para internarse en el desconocido y azaroso Atlántico, un océano inmenso, plagado de peligros y monstruos marinos del que ningún navegante regresaba.

Los hermanos Vivaldi tampoco lo hicieron. Se los tragó el mar como a tantos que lo intentaron antes, pero esta vez algo fue diferente. Un paisano suyo, Lanzerotto Malocello, salió en su busca unos años más tarde y se dio de bruces con un islote volcánico, refrito por el sol y varado en mitad del océano. Se trataba de Tyterogakat o "La Quemada", tal y como era conocida por sus habitantes, los majos. Lanzerotto retornó a Europa, contó su descubrimiento y volvió para quedarse. Hoy esa isla lleva su nombre, Lanzarote, y sigue tan quemada y hermosa como se la encontró hace setecientos años.

El feliz hallazgo del genovés abrió el camino de las Canarias, cuya existencia era conocida por griegos y romanos que habían fantaseado a placer con ellas. Las llamaban "Afortunadas y Beatas, teniéndolas por tan sanas y tan abundantes de todas las cosas necesarias a la vida humana, que sin trabajo ni cuidado vivían los hombres en ellas mucho tiempo".

Los europeos de la Edad Media, sin embargo, las habían olvidado por completo. Durante un siglo, y como el Oriente se había puesto imposible con lo de los turcos, se dejaron caer por aquellas latitudes genoveses y catalanes, portugueses y mallorquines que buscaban carne fresca para poner a trabajar en los activos puertos de la Europa de entonces. Así, de modo tan triste, suministrando esclavos, entró nuestro querido archipiélago en la historia.

Expedición de Jean de Bethencourt

El tráfico de mercaderes y de algún que otro misionero pescador de almas entre el continente y las Canarias se hizo tan intenso que un caballero normando, Jean de Bethencourt, propuso a Enrique III de Castilla llevar sus dominios aun más al sur. Enrique, que reinaba sobre un caldero y era muy amigo de aventurillas internacionales –como la de la embajada de Ruy González de Clavijo al rey Tamerlán de Samarcanda–, accedió a las pretensiones del francés y le otorgó los derechos de conquista sobre todo el archipiélago.

Entre 1402 y 1405 Bethencourt se las arregló para vencer a los indígenas de Lanzarote, Fuerteventura y El Hierro de un modo un tanto caótico. Los normandos eran pésimos conquistadores, pero gente muy apañada para otros menesteres. Se ocuparon hasta de dejar por escrito los avatares de la conquista en un libro, el Le Canarien, redactado por dos frailes. Una vez hecho esto se enemistó con su socio, Gadifer de la Salle, y volvió a Francia dejando las islas en manos de su sobrino Maciot de Bethencourt.

Maciot no tardó mucho en cansarse de vivir en el fin del mundo y vendió los derechos de conquista a un noble castellano, el conde de Niebla, que se los traspasó a su criado, un tal Fernán Peraza el viejo, cuyo linaje terminaría echando raíces en el archipiélago. Entre dimes y diretes de los Peraza, lo que quedaba de los Bethencourt y alguna que otra incursión de los portugueses la conquista se detuvo durante setenta años. La Gomera no hizo falta invadirla por la fuerza, sus habitantes llegaron a un acuerdo pacífico con los castellanos que se establecieron en ella.
Torre del Conde, refugio de Beatriz de Bobadilla

En La Gomera, los abusos de los Peraza sobre los indígenas fueron tantos y tan sonados que los gomeros, gente de mucho carácter, que se silbaba de valle a valle y no toleraba ciertas licencias que se habían tomado sus recién llegados vecinos, se sublevaron varias veces. La última a causa de un amorío. Fernán Peraza el joven, nieto de aquel que se quedó con el pastel del normando, se enamoró perdidamente de una aborigen llamada Iballa. Hupalupo, el padre de la gomerita, enterado del asunto, puso en pie de guerra a toda la isla. Peraza fue sorprendido en plena faena y un pastor de nombre Hautacuperche lo remató de una lanzada. Bien empleado le estuvo porque su mujer, no Iballa sino Beatriz de Bobadilla, la legítima, se tuvo que refugiar en la Torre del Conde, donde casi pierde la isla y el pellejo. Y todo por un calentón de un marido déspota y rijoso.

Las cosas vendrían a cambiar radicalmente en 1478, una vez Isabel de Castilla, la Católica, hubo ventilado sus asuntos pendientes con Juana la Beltraneja y su aliado Alfonso V de Portugal. Ese año la Reina decidió culminar de una vez por todas la conquista de las Canarias, que llevaba dos generaciones en punto muerto. El 24 de junio de 1478 Juan Rejón desembarcó en el noreste de Tamarán, que es como los indígenas llamaban a Gran Canaria. Vencidos los isleños de la zona aseguró la posición y fundó el Real de Las Palmas, es decir, Las Palmas, que es hoy ciudad y puerto principal de las islas. Rejón, sin embargo, no supo avanzar y, como buen español, se lió a palos con sus compañeros de conquista acabando mal lo que había empezado bien.

La Reina, informada de que la campaña no marchaba bien, envió a Pedro de Vera, un jerezano de armas tomar que ganó la isla en sólo dos años. El 29 de abril de 1483 los últimos indígenas; 600 hombres y 1.500 mujeres y niños, se rindieron al conquistador. Otros, como el guerrero Bentejuí y el faycán de Telde no pudieron sobrellevar la derrota y se despeñaron por un barranco según mandaba la tradición local. Al llegar la noticia a Castilla, la reina católica, visiblemente emocionada dio orden de que [...] aquesta, mi ínsula de Canaria, sea llamada Grande". Esta es la razón por la que Gran Canaria es grande sin ser, geográficamente, la más grande del archipiélago.

Fernández de Lugo recibiendo a los menceyes

Ya sólo quedaban dos islas, Achinet (Tenerife) y Benahuare (La Palma), las más correosas y antipáticas, las que más vidas y disgustos habían costado a Castilla. Alonso Fernández de Lugo, uno de los mejores generales de Pedro de Vera, se encaprichó con las islas y pidió permiso a Isabel para conquistar lo que quedaba. La Reina aceptó gustosa el ofrecimiento otorgándole los títulos de Adelantado y Capitán General de las Costas de África. Fernández de Lugo era uno de esos hombres que son todo mala leche y ambición, no muy diferente de Cortés, Pizarro o cualquiera de los españoles que, una generación más tarde, cambiaron la cara a un continente entero.

Como sabía que los indígenas de Tenerife, los guanches, eran muchos y duros como piedras, su plan consistió en apoderarse primero de La Palma y, desde allí, preparar la invasión de Tenerife con más calma. El 29 de septiembre de 1492 desembarcó en Tazacorte y firmó un acuerdo con los palmeros que le eran favorables. Los que no lo eran tanto se echaron al monte con el hacha al hombro.

Aprovechándose de la endemoniada orografía de la isla, se acantonaron en la Caldera de Taburiente, donde no había manera de echarles el guante. Fernández de Lugo, que no era ni tonto ni suicida, antes de jugarse el tipo batiéndose el cobre en los bosques de La Palma, se avino a negociar. Invitó al jefe rebelde, Tanausú, a firmar una ventajosa paz en los Llanos de Aridane. Entonces le engañó. Cuando el confiado benahorita descendía de las alturas de la Caldera mando que le apresasen. Fue enviado a Castilla para que no la volviese a armar y, de camino, se dejó morir de hambre.
La matanza de Acentejo

El camino a Tenerife quedaba expedito, o, al menos, eso es lo que creía el Adelantado Fernández de Lugo. En abril de 1494 desembarcó en Santa Cruz con una impresionante tropa de 2.000 infantes y 200 jinetes. Nunca antes se había visto nada igual en la conquista de las islas que, hasta el momento, había sido algo más de andar por casa. Los guanches rebeldes, que eran todos los del norte de la isla, capitaneados por Bencomo, el mencey de Taoro, vieron venir a la tropa castellana y la emboscaron en el barranco de Acentejo. Los castellanos fueron sorprendidos en un lugar donde su caballería tenía poco o nada que hacer. Fue una carnicería. Fernández de Lugo, malherido por la lluvia de piedras que les había caído encima, salió por piernas y abandonó la isla.

De la matanza de Acentejo el capitán castellano había sacado dos lecciones: que los guanches no iban a negociar jamás, y que, si quería vencerles, tenía que llevárselos a terreno llano, donde los caballos y las armas de fuego harían todo el trabajo. Lamidas las heridas y con nueva tropa, de Lugo desembarcó en Tenerife al año siguiente con 1.200 hombres, caballería y artillería. Esta vez llevó a sus tropas hasta los llanos de Agüere donde Bencomo, en un error fatal, salió a recibir a los castellanos a pecho descubierto con su hacha de piedra como único armamento. La derrota guanche fue total. Hasta el propio mencey se dejó la vida en el campo de batalla.

Pero los guanches que quedaban con vida no se dieron por vencidos. Hambrientos, vagando sin rumbo por las montañas de la isla y abatidos por los infinitos recursos que poseían los castellanos, presentaron batalla por última vez cerca del barranco de Acentejo, el mismo que tanta fortuna les había traído en el pasado. Pero esta vez de Lugo no se dejó sorprender. Colocó la caballería a los flancos y, antes de que los guanches cargasen, les soltó una letal andanada de pólvora. Era el día de Navidad de 1495 y la Edad de Piedra daba su último jadeo en la isla de Achinet. Bentor, hijo de Bencomo, ante lo inevitable de la derrota se dirigió a la ladera de Tigaiga y desde allí se despeñó.

Meses después Benitomo, el último mencey de Taoro, aceptó la rendición incondicional en la Paz de Los Realejos. Para entonces la población indígena era ya víctima de un enemigo tan mortal como invisible: la modorra, que es como los invasores bautizaron al tifus que se habían traído de la península, y al que ellos eran inmunes desde niños. La biología terminó de conquistar las Canarias y fue tanto o más poderosa que los arcabuces de los capitanes españoles. Los guanches y su cultura neolítica desaparecieron de la Historia. Fueron víctimas de su aislamiento y atraso. Duele decirlo, pero poseen el dudoso honor de ser el primer pueblo aniquilado por el expansionismo europeo. No veo necesario remarcar que no sería el último.

Las islas, por su parte, fueron españolizadas y convertidas en una parte más de Castilla, la más meridional y exótica. Durante siglos sus puertos acogieron a todas las flotas que se dirigían a América, incluida la de Colón, que se detuvo en La Gomera. Luego vendría la caña de azúcar y el ron, el asedio en el que Nelson perdió el brazo y las haciendas plataneras, los braceros que ponían rumbo a América y los turistas alemanes sedientos de sol, el vino de malvasía y las papas arrugadas, Galdós y Los Sabandeños. Las islas Canarias son, por méritos propios, el pedazo de España más peculiar y genuino. Imperturbable en la soledad del océano.

LOS BEATLES EN TENERIFE.-PRIMERA VISITA A ESPAÑA


LOS BEATLES EN TENERIFE.-PRIMERA VISITA A ESPAÑA                

AÑO 1963....


VACACIONES DE LOS NOVATOS BEATLES
EN EL PUERTO DE LA CRUZ EN TENERIFE..






PASÓ TOTALMENTE DESAPERCIBIDA
PARA TODOS....




YO , SÍ LOS VÍ , LASTIMA QUE EN AQUELLA ÉPOCA NO TENÍA CÁMARA..
AHORA SE CONVENCERAN LOS QUE NO ME CREYERON...... ¿PAGARÁN SUS APUESTAS?


                                        RINGO LEYENDO..




 RINGO Y PAUL EN LA PLAYA DEL MUELLE
DEL PUERTO





PAUL QUEMANDOSE EN LAS CAÑADAS
DEL TEIDE





 OJO... 
EL COCHE ERA DE GRAN CANARIA,PERO
LA VISITA EN TENERIFE





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Vivos por centímetros- Los tiros del Polisario






Seguir vivos fue para ellos cuestión de centímetros. A Miguel Ángel Rodríguez le abrasó la piel de la frente una bala que a punto estuvo de matarle. En el caso de Andrés Parrilla, el proyectil penetró por la parte trasera de su muslo. Ahora, 30 años después, se les ha considerado víctimas del terrorismo.

GREGORIO CABRERA ARRECIFE Han pasado treinta años, tres meses y trece días...". Miguel Ángel Rodríguez lleva una cuenta obsesiva de los días que han transcurrido entre el infierno que vivió el 28 de noviembre de 1978 y el pasado martes, diez de marzo, cuando la Comisión de Interior del Senado aprobó una moción del PP que insta al Gobierno a reconocer como víctimas del terrorismo a los tres supervivientes del Cruz del Mar, entre los que él se cuenta. De paso, la iniciativa beneficiará a los pescadores que sufrieron ataques o secuestros frente a la conflictiva costa del Sahara entre 1976 y 1986.


Ayer en Teguise se encontraron dos personas que aprendieron hace tres décadas que la franja que separa a la vida de la muerte es sumamente delgada. Y caprichosa. "Yo todavía tengo pesadillas. Lo recuerdo como si hubiera pasado ahora mismo", afirma Miguel Ángel a sus 53 años. Era uno de los diez miembros de la tripulación del Cruz del Mar. Un grupo de hombres vestidos de buzo y armados con ametralladores se adueñó del barco. Cenaron con ellos. Uno de los secuestradores incluso les explicó que había estado trabajando en Lanzarote, concretamente en la zona turística de Puerto del Carmen. De repente, y como todo hacía presagiar, la situación dio un giro definitivo hacia el abismo. El primero en morir fue un niño de 14 años, Sebastián Cañada García. Acribillados uno a uno fueron vilmente asesinadas seis personas más.


El litoral del Sahara es para Parrilla el eco en la memoria de una lluvia de disparos. En agosto de 1978, el Tela, donde oficiaba como patrón de costa, fondeó frente a la llamada Piedra Cagada, que así llamaban los canarios a una loma cubierta por excrementos de gaviota cerca de Cabo Cabiño. Abrieron fuego desde tierra. "Si echamos las artes nos matan a todos", asegura. Una bala entró por el muslo de su pierna izquierda, lo atravesó por completo y salió despedida en dirección a la sonda para medir la profundidad bajo el casco del barco, rozando a un compañero que resultó milagrosamente indemne. Al tiempo, ya en tierra, se retiraron de la embarcación baldes rebosados de cartuchos. Al año siguiente, en el Puerto Naos, Parrilla se cruzó de nuevo con la mortal ruleta. "Pero esa vez no me dieron...".

LA EXHIBICIÓN CINEMATOGRAFICA EN SANTA CRUZ DE TENERIFE

http://www.terra.es/personal2/insularia/exhibicion.htm


CINE CANARIO

Apuntes para una historia; los "cines"; algunas curiosidades y anécdotas. Efemérides.

Se puede establecer 1898 como año de inicio de las proyecciones cinemátográficas en Tenerife. Años antes, concretamente desde 1841, se presentan en nuestra ciudad diversidad de "inventos" precursores del cinematógrafo que no pasan de ser meras aproximaciones a lo que sería el verdadero aparato capaz de proyectar imágenes en movimiento. Dejemos por tanto a un lado todas las esporádicas proyecciones que se dieron en Santa Cruz de Tenerife como meras atracciones de feria, y partiendo del 15 de Febrero de 1898, en que se presenta un auténtico "cinematógrafo Lumiere" con proyección de películas cortas en los bajos del Círculo Mercantil, pasemos al siguiente siglo en que comienzan a darse proyecciones continuas. Será en 1906 cuando algunos locales de la capital, tales como la Sociedad Filarmónica Santa Cecilia", el Centro Republicano, el Centro Obrero, y principalmente el Teatro Guimerá, acojan con cierta regularidad las proyecciones que los pioneros de la industria exhibidora ofrecen al pueblo tinerfeño. Dejemos constancia que entre estos pioneros, don Miguel Brito y don Carlos Galvez, deben figurar como los primeros y avezados impulsores de la exhibición cinematográfica.

Queremos partir por lo tanto, de la exhibición cinematográfica en locales estables y destinados a proyecciones continuadas, y así hemos de iniciar de 1906 en que don Ramón Baudet inagura el PARQUE RECREATIVO como cine al aire libre, aunque en 1912 pasa a ser cubierto; este local fue concebido como teatro-cine, ya que diversidad de compañías teatrales pasaron por su escenario. Ubicado en la Plaza del Patriotismo, fue derribado en 1973.

En 1912 se inagura el SALON NOVEDADES, en la calle Ferrer, pero fue destruido por un incendio en 1920.

El CINE AVENIDA se abre en un local de la Avenida de Buenos Aires en 1928 y, aunque el edificio se conserva, actualmente se utiliza como depósito.

El mismo año 1928, se inaugura el CINEMA VICTORIA en unas dependencias de la fábrica de tabacos del Sr. Zamorano en la Avenida del General Mola; posteriormente fue construido otro local con igual nombre en otra zona del mismo solar; cerró en 1975.

Fue sin duda 1928 un año prolífico en inauguración de "cines", pues a los ya indicados hay que añadir el CINE TOSCAL, que situado en la calle La Rosa, comenzó con proyecciones al aire libre para ser cubierto en 1930.

Posteriormente, al ser remodelado, pasó a llamarse REAL CINEMA hasta su desaparición en 1991.

Asimismo, y como cine al aire libre, en 1928 abrió sus puertas el CINE LA PAZ, ubidado en la plaza que lleva su nombre y que fue cubierto un año después de su apertura; cerró en 1976.
Y también, en 1928 comienzan las proyecciones veraniegas de la Plaza de Toros de la Rambla del General Franco, y que como cine al aire libre fue llamado sucesivamente: CINE TENERIFE, ALHAMBRA, RAMBLA y PLAZA, hasta que dejó de funcionar en 1987.
Pasemos a 1929 en que se inaugura el CINE SAN SEBASTIAN que fue cubierto en 1931 y derribado años después.

El ROYAL VICTORIA fue sin duda el primer edificio construido como cine; situado en la calle La Rosa fue inaugurado en 1931 y en 1939 se dieron sesiones al aire libre en una dependencia anexa; cerró en 1975, y años más tarde fue derribado.

Y en 1931 se inaugura asimismo el CINE NUMANCIA, que situado en la calle Numancia fue reconstruido interiormente años más tarde al pasar a la modalidad de "cine de Arte y Ensayo". Cerrado en 1983, el edificio se conserva.

El TEATRO BAUDET, el mayor cine de Canarias con 2.000 localidades, celebra su apertura en 1944, y aunque fue clausurado en 1985 su edificio de la Avenida del General Mola aún se conserva destinado a otros fines.

El mismo año comienza sus proyecciones al aire libre el CINE MODERNO de la calle San Sebastián; posteriormente fue cubierto hasta su clausura, siendo demolido.

El CINE BUENOS AIRES, en la calle Ortega y Gasset funcionó desde 1946 hasta 1976. Como cine exclusivamente al aire libre se abrió en la calle San Francisco Javier en 1946 el IDEAL CINEMA que fue asimismo demolido.

En 1950 se inaugura en la calle Salamanca el CINE PRICE que fue reconstruido en 1963 y cerró en 1988; como "MULTICINES PRICE" se edifica un nuevo complejo (seis salas) que funciona desde 1989 hasta la fecha.

En la Avenida del General Mola se efectua la apertura del CINE TENERIFE en 1951 y que remodelado en 1981 se transforma en el cine YAIZA BORGES; dejó de funcionar en 1986.
El CINE SAN MARTIN abre sus puertas en 1953 en la calle del mismo nombre; clausurado en 1984.

En 1954 se inaugura el CINE REX en la calle Mendez Nuñez y es clausurado en 1985.
Unos meses más tarde del mismo 1954 es inagurado el CINE VICTOR, que en la Plaza de La Paz constituye el último baluarte, ya que sigue funcionando en la actualidad.

Los cines VALLESECO, en el barrio del mismo nombre, y el CINE COSTASUR en la Barriada García Escámez se inauguran en 1955, aunque ambos dejaron de funcionar

Como local al aire libre comienza a dar sesiones el CINE CRESPO en 1949; posteriormente fue cubierto y , al cambiar de propietario cambió su nombre por CINE PRINCESA; estaba ubicado en la calle Princesa Dacil del Barrio de La Salud, cerró en 1976.

Asimismo estuvieron funcionando durante varios años el CINE FRAGA, en la carretera del Rosario, y el CINE SAN ANDRES, en el barrio capitalino.

En 1967 fue inaugurado el CINE GRECO en la calle Luis de la Cruz, en un edificio construido por Radio Club Tenerife, y remodelado y acondicionado para sala cinematográfica. Cerró en 1985, siendo reformado para convertirlo en "multicines" (cuatro salas) abriéndolo nuevamente en 1986 como MULTICINES GRECO, y en funcionamiento actualmente.

Mientras, en 1982, se inagura en la Avenida de Bélgica el MULTICINES OSCAR'S que, con cuatro salas, sigue en funcionamiento. Sin embargo, el MINICINES CHARLOT que se inaugura en 1982 en la calle Santiago Cuadrado, sólo permanece abierto seis años, ya que fue clausurado en 1988. Tenía dos salas.

Dejamos constancia de dos locales de exhibición de la isla que, por su tradición y solera, hemos elegido en representación de los muchos existentes en nuestros pueblos. Se trata de el TEATRO LEAL de La Laguna, inaugurado en 1915, y el TEATRO TOPHAN del Puerto de la Cruz que fue inaugurado en 1926.

Esta es la relación nominal de los CINES de Santa Cruz de Tenerife que alcanzaron su apogeo entre los años 50 y 70 en que los estrenos cinematográficos se contaban por éxitos y donde existía una desaforada competencia entre las empresas de "estreno" para presentar las mejores películas. Cines que tenían la exclusiva de algunas marcas productoras de verdadero prestigio, habían de rendirse ante la competencia de otros locales ya que los distribuidores cedían su mercancía sin ningún reparo al mejor postor. La crisis comercial llegó al cine en los 80 pues debido a los elevados costes por el alquiler para su proyección (se dio el caso de exigir por determinadas películas el 75% bruto de los ingresos) el porcentaje obtenido por el propietario del local no daba para cubrir gastos. Este problema, unido por supuesto a la televisión, vídeos y otros entretenimientos ajenos al cine, causó la lenta agonía primero y la muerte fulminante después, de muchos locales cinematográficos. Este hecho evidente no fue solo local, ocurrió en todo el territorio nacional.

El presente y futuro parece ser que está en la modalidad de las multi-salas. Una sola cabina de proyección, y por lo tanto un solo operador, pocos empleados (han desaparecido los acomodadores) y varias películas en un solo sitio, supone un buen atractivo para el espectador habitual. En estos "cines" está el porvenir. Tengamos esperanza.



ALGUNAS PARTICULARIDADES DE LAS SALAS

Una vez apuntados los datos mínimos "biográficos" de los cines de Santa Cruz de Tenerife, pasemos a reseñar curiosas particularidades de algunos de ellos que sin duda los distinguieron de los demás.

Parque Recreativo: fue edificado como sala de espectáculos, por lo que fue frecuente que, sobre todo en sus primeros años de existencia, se utilizara como teatro para compañías de zarzuela, comedia y variedades. Como contaba con "cine al aire libre" (ubicado en un espacio del extenso solar y que distaba del salón como unos quince o veinte metros), las proyecciones eran efectuadas desde la propia cabina, girando el proyector hacia el exterior.

Se cuentan muchas anécdotas de la época muda, como por ejemplo que en la proyección de "Ben Hur" (Fred Niblo, 1925), y en la secuencia de la carrera de cuádrigas, los empleados del local arrastraban cadenas por detrás de la pantalla para así conseguir unos espectaculares "efectos sonoros". Asimismo, cuando se proyectó "Ramona" (E. Carwe, 1928), Emilio Baudet, que era cantante, interpretaba la popular canción escondido en el escenario.

Cinema Victoria: el primitivo local se ubicó en unos salones de la fábrica de tabacos que don Luis Zamorano poseía en la calle General Mola. Por tanto, y como es de suponer, dichos locales no disponían de ninguna condición favorable para tales proyecciones; pero era época de cine mudo y el público no estaba entonces para exigencias. Tenía una especial particularidad: disponía de dos clases de localidades, la principal que estaba en la planta baja y la popular, y más barata, en el piso alto, pero sorpréndanse, estas salas eran independientes, por lo que las proyecciones se efectuaban en una y otra sala con un intervalo de unos diez minutos, lo que durase el pasar un rollo en el local inferior para subirlo a continuación al superior. Se cuenta que el Sr. Zamorano tuvo bastantes problemas para abrir el cine, pues según decían influía la empresa Baudet que, al tener cerca el Cine La Paz, veía una fuerte competencia. Por fin consiguió el correspondiente permiso, y surgió el ingenio popular que acuñó la siguiente frase: "Zamorano obtuvo la Victoria y Baudet firmó la Paz". Muchos años más tarde se reinaguraría este Cine con un nuevo local que se construyó en otra zona del mismo solar (los locales del primitivo se conservan aún) y que por su forma e incluso su decoración, el público lo denominó "El ataúd".

Cine Toscal: tenía este local la particularidad de que el patio de butacas estaba dividido por un murete de un metro aproximadamente que separaba las localidades más caras (parte delantera) de las populares o más baratas (parte trasera) y que disponía de unos bancos corridos en lugar de butacas. Este modesto cine pasó por todas las modalidades posibles, ya que fue primeramente al aire libre; al ser cubierto local de reestreno (de segunda o tercera reposición); remodelado interiormente pasó a cine de estreno (llamándose entonces "Real Cinema"); de "Arte y Ensayo" (cuando se estableció esta modalidad de exhibición), y por último, hasta su clausura, fue "Sala X" (para películas pornográficas), la única que ha existido en nuestra provincia. Queremos desde estas líneas rendir un respetuoso homenaje a su propietario don José Alberto Benítez, que debido a una cruel enfermedad perdió la vista y sin embargo dirigió personalmente un negocio en que la visión significa el primordial sentido.

Cine Moderno: Funcionó durante varios años como cine al aire libre y recordamos como muchos jóvenes de entonces ir al Puente Galcerán a ver alguna proyección, a vista de pájaro naturalmente. Cuando más tarde fue cubierto, tenía una particularidad que lo distinguía de los demás: en los descansos y en evitación, se supone, de tener que pagar a la Sociedad General de Autores por los discos que se solían poner, conectaban sus altavoces con "Radio Club" con lo que, en dichos descansos, los espectadores podían oír "discos dedicados, anuncios y alguna que otra esquela...".

Cine Crespo: Comenzó como cine al aire libre y era propiedad de don Julio Crespo (El popular caricato tinerfeño). Los asientos eran unos vulgares bancos corridos, por lo que era frecuente que muchos espectadores prefiriesen llevar sus propias sillas. Un dato a tener en cuenta fue que unos años después de estar funcionando al aire libre, se anunció en la prensa que se iba a rendir un homenaje a "Crespo" como despedida ante su inminente marcha a Venezuela. Efectivamente se celebró dicho homenaje con un espectáculo de variedades con artistas locales -muy en boga en aquellos años- que constituyó el éxito esperado y cuya recaudación fue sustanciosa. Pues bien, con el dinero conseguido, el Sr. Crespo le puso techo al local y se olvidó de Venezuela. Una anécdota de este cine, y que refleja el desparpajo y humor que poseía su propietario, fue que en cierta ocasión en que la proyección se interrumpió por algún problema técnico, el público, como era norma, comenzó el consiguiente escándalo por lo que don Julio se colocó ante la pantalla y dijo más o menos: "señores y señoras, como es imposible acabar la proyección de la película y para que no queden descontentos, yo les voy a explicar el final del argumento". Y así, con su natural gracejo, les fue relatando el trozo de historia que les faltaba visionar.

Cines al Aire Libre: Una historia exhaustiva sobre las proyecciones de cine en nuestra ciudad nos daría una extensa nómina de lugares donde se proyectó cine al aire libre, pero ciñéndonos a locales establecidos debemos hacer mención principalmente a la Plaza de Toros que fue regentada como cine de verano, y a través de tantos años, por los señores don Casimiro Olózaga , don Ramón Baudet, don Juan Elio Díaz (empresario asimismo del cine San Sebastián), por la empresa formada por don José Alberto y don Eduardo Garavito, y por fin hasta su desaparición como cine por don Carlos Ojeda Zamorano. Tuvo, como ya hemos dejado indicado, diversos nombres en su dilatada existencia. De la época en que fue regentado por don José Alberto, parte el famoso grito: "¡Claudio!" (verdadera expresión tanto de júbilo como de desaprobación que sucesivas generaciones de jóvenes utilizaron en las noches veraniegas en que acudían al cine con el propósito de pasarlo bien sin importarles demasiado la película que proyectasen). Pues bien, sucedió que cierta noche la película se interrumpió por un apagón del proyector, y don José que en aquella ocasión se encontraba presente, llamó a voz en grito a su hermano Claudio, a quien tenía de encargado. Desde esa noche, cada vez que la cinta se "partía", o al menor inconveniente, y hasta incluso cuando pasaba alguna imagen algo atrevida para la época, el grito de ¡Claudio! brotaba de más de una garganta. Otra anécdota que aunque no tenga relación con el cine en sí, pero que ocurrió en dicho local, fue que en los aledaños de la Plaza se guardaban materiales de la telefónica (quizá tenga relación con la época en que era regentado por el Sr. Olózaga, delegado de la Compañía Telefónica) ya fueran postes y sobre todo bobinas de hilo de cobre; debido a este goloso material para los cacos de la época, los robos se venían repitiendo con demasiada asiduidad, por lo que el propietario de dichos materiales optó por contratar un guardián nocturno. El personaje tomó posesión de su empleo y a la mañana siguiente, don Carlos Ojeda propietario del local, acudió al mismo y, ante la extrañeza de no ser recibido por el guarda, recorrió las dependencias y cual no sería su sorpresa al encontrárselo atado a un poste. Sin duda fue un robo "de película".

Otro cine muy popular en los veranos fue el Ideal Cinema, propiedad del Sr. Pisaca, y que estaba ubicado en un patio-manzana en el que existía una cancha de baloncesto. Al estar rodeado de edificios, los vecinos podían ver las películas cómodamente sentados en las ventanas traseras de sus viviendas.



SINGULARIDADES DE LA EXHIBICIÓN

Descansos: se efectuaban siempre a mitad de la proyección, sin ninguna consideración al desarrollo de la trama. Tan normal parecía esta modalidad que no era raro escuchar lo de "pues a mi me gustó más la segunda parte", o bien, "después del descanso es cuando se pone bien la película". El motivo fue debido a que los cines locales no disponían en principio sino de un sólo aparato de proyección, por lo que los "operadores" preparaban los rollos de película en dos grandes bobinas y tenían que interrumpir la proyección a la mitad para efectuar el cambio. Esto se fue generalizando, y cuando ya los locales disponían de dos proyectores, la costumbre se mantuvo, ya que los concesionarios de las cantinas (que pagaban un sustancioso arrendamiento) "obligaban" a que el descanso fuera a la mitad de la sesión para que sus ventas fueran rentables. También se cuenta de un empresario que decía que a él no le importaba lo de la cantina (a lo mejor ni siquiera tenía) pero que hacía el descanso a la mitad porque si no las mamás ponían a orinar a sus niños en el pasillo. Esta desgraciada costumbre se sigue manteniendo en Tenerife en algunas salas (a excepción de los Multicines Price y Aguere), sin razón alguna que la justifique.

Entresuelos: Otra curiosidad puede ser que en esta capital los pisos superiores (popularizados como "Entresuelo") fueran más caros que el patio; se consideraba como la localidad exquisita del local. En la península los pisos altos siempre han sido más baratos. Aquí siempre se tuvo en cuenta que desde lo alto, y al tener el consiguiente declive, se veía mejor la proyección, sin que molestasen las personas que podían situarse delante en las butacas del patio, o piso bajo.

Estrenos simultáneos: Esta modalidad la puso en práctica la Empresa Zamorano con el Royal Victoria y Cinema Victoria. Como en aquella época sólo disponían de una copia, las proyecciones comenzaban en el Royal a cierta hora, y en el Cinema media hora más tarde. Cómo solucionaban el problema, pues muy sencillo: proyectaban uno o dos rollos en el primero y rápidamente un empleado en una moto los trasladaba al segundo, y así sucesivamente. Claro que en aquellos años no existían problemas de tráfico.

"Matinés": Se trataba de una sesión dedicada al público infantil. Desconocemos si en otras provincias se llevaba a efecto, pero en la generalidad de los "cines" del país esta modalidad no se conocía. El motivo, además del comercial, quizá se debió al riguroso control que a partir de los años cuarenta se ejercía sobre los locales en lo referente a la entrada de menores a las películas "no aptas". Las sesiones comenzaban, los domingos y festivos, a las cuatro y treinta, y conocidas como "el cine de las cuatro", proyectaban películas autorizadas, auténticos "refritos" que pasaban de un local a otro hasta ser retiradas por inservibles. Pero el público infantil siempre ha sido muy agradecido, e incluso repetían con asiduidad al asistencia a algún título para poder ir adelantando con sus comentarios en voz alta el desarrollo de la trama.

"Los programas": en la península se les llamó "folletos". Eran, como todos recordarán, unas hojillas del tamaño de una postal generalmente, en la que se mostraba una imagen de la película anunciada, indicando los principales datos del film: título, intérpretes, director, productora, distribuidora y por supuesto, alguna frase publicitaria. Las imágenes representadas solían ser de los protagonistas en una escena del film, o una escena en sí reproducción de un fotograma; normalmente estas imágenes eran dibujadas a todo color tal como aparecían en los "afiches", carteles que se pegaban en determinados lugares. (Hoy en día estos carteles los siguen editando, pero no salen de los locales de exhibición, salvo raras excepciones). En esta materia ha habido en España grandes artistas que han hecho del cartel publicitario verdaderas obras de arte. Pues bien, los programas de mano españoles han sido únicos en el mundo, ya que en otros países solían editarles en imprentas a una sola tinta y sin la creatividad artística de los especialistas españoles. Los nuestros, además del reclamo que significaba su gran vistosidad, constituían de hecho un válido fichero para el aficionado que disponía con ellos de los datos esenciales de cada película. Los había de todos los tamaños, y aunque como hemos dicho anteriormente, los más frecuentes eran de tamaño postal, aunque también se editaban dobles, o sea de dos hojas, e incluso troquelados de diversas formas. La poderosa Metro Goldwyn Mayer, en sus años de esplendor, lanzaba de cada una de sus películas programas dobles y sencillos.

Hasta avanzados los años sesenta los programas eran propaganda habitual en los cines. Primeramente fueron repartidos por las calles, y más tarde se daban en las taquillas al adquirir la entrada anunciando la película a estrenar la semana siguiente. Las distribuidoras vendían al empresario estos folletos, y como la crisis económica de esta industria empezó a hacer mella, se fueron eliminando gastos, siendo los "programas" los primeros afectados.

En los años 40 y 50 la afición a coleccionar programas tuvo su mayor auge, y aunque ignoramos cómo y en qué condiciones pueden encontrarse muchas colecciones que sin duda han existido, sí podemos hablar de la colección "SELVE" que tuvimos el enorme placer de formar junto a José Miguel Martín Abdé (otro loco por el cine por aquellos años). Esta colección, con un total de unos seis mil ejemplares diferentes, comprende desde los años veinte a los sesenta, y se encuentra perfectamente clasificada por año de estreno en Madrid. Gracias al interés mostrado, la Filmoteca Canaria se ha hecho cargo de esta colección y no ha desaparecido como tantas otras que sin duda se han perdido, quizá por el desinterés que las generaciones herederas ha mostrado hacia estos inigualables documentos cinéfilos.



ANECDOTARIO

Infinidad de anécdotas jalonan la historia de nuestras salas cinematográficas en donde el público, sobre todo en los cines de segunda y tercera categoría, ha sido muy proclive a expresarse en voz alta sin ninguna cortapisa y, por supuesto, sin respetar el acogedor silencio que una sala de proyección requiere. No obstante, este fenómeno no es sólo local, sino generalizado entre los espectadores de casi todas las latitudes conocidas. Siempre ha existido el "gracioso" de turno, pero muchas veces es debido, sin duda, al grado de nerviosismo que las imágenes o situaciones de un film pueden causar entre una clase de espectador.

Relatemos algunas, fiel reflejo de nuestra idiosincrasia, del ingenio popular, o simplemente del oportunismo en que sucedieron. Son Auténticas.

* Dos amigos deciden una noche ir al cine, y mientras el primero propone ir al Parque Recreativo a ver "Mares de China" que es por Cal Cable, el segundo le responde que es mejor ir a La Paz a ver "Campeón" que es por Pancho Villa (identificaban a Wallace Berry por el famoso revolucionario mejicano desde que interpretó "Viva Villa").

* Otra ocurrió en la puerta del cine La Paz mientras el público esperaba para entrar en la función de las diez y media; cuando los espectadores comienzan a salir, uno de los que esperaban ve a un conocido que salía y le pregunta: "¿Que tal la película?", a lo que el otro responde: "No entres, el chico muere".

* Famosos fueron ciertos locales (Cine La Paz, Parque Recreativo, Cine Avenida) por sus "gallineros". Eran unas escalonadas de madera colocadas al fondo del local y consideradas, como así era en realidad, las localidades más populares y baratas. El público por tanto era de lo menos considerado pues, además de subir por los escalones dando considerables patadas, solía hacer los más variados comentarios siempre a voz en grito. Ocurrió en el Parque Recreativo; se proyectaba "Romeo y Julieta" y en una romántica escena en que el público seguía en silencio su desarrollo, un gamberro del gallinero dejó escapar una estruendosa "ventosidad" que retumbó como un cañonazo en el entarimado; entonces, otro espectador queriendo paliar la ordinariez y dejando constancia de que todo el público de aquella localidad no era de la misma calaña, gritó: "¡No se caguen, coño!".

* El Teatro Baudet estrenó "Lo que el viento se llevó" con un éxito rotundo, y las colas que se formaban para adquirir entradas llegaban a la plaza de La Paz. Pues bien, si el Baudet fue famoso en su época por muchos motivos, uno de ellos era por la incomodidad de sus butacas de madera. Así que el público popularizó la siguiente frase: "Lo que el viento se llevó y lo que el culo se cansó" (el film duraba cerca de cuatro horas). Más tarde, y debido como hemos dicho al fenomenal éxito de público, dicha frase se apostilló con "... y lo que Baudet se hinchó".

* Los empleados de los cines han tenido como costumbre, los días que libraban, acudir a otro local de la ciudad, y por ésto eran frecuentes las tertulias que mantenían con los "colegas" de la competencia. En cierta ocasión se le preguntó a uno de ellos qué le había parecido tal película que había visto en su día de descanso, y su contestación fue esta: "No vale nada; no hay ni una lágrima". Sacamos la conclusión que para un sector de espectadores la categoría de la película venía dada por el contenido lacrimoso que tuviera.

* "Los rambleros" fueron muy populares en Santa Cruz, sobre todo en los años en que las únicas distracciones en la ciudad eran reunirse en los bares o ir al cine, y así llamaban a los contertulios del kiosko de La Rambla, o bien a los asiduos al trozo de paseo comprendido entre la plaza de toros y la plaza de La Paz. Una noche, mientras se desarrollaba una animada charla entre un grupo de éstos, uno de ellos se levantó diciendo: "me voy a ir ar cine La Paz que esta noche conducen la caravana pal Misuri", a lo que otro contestó: "Pues vete andando que yo te arcanso a caballo".

* Se proyectaba en el "Ideal Cinema" una película del "Comisario Maigret", donde el actor Jean Gabin interpretaba magistralmente al famoso detective, y como ya hemos apuntado, en este cine al ser al aire libre, los vecinos podían ver la proyección desde las ventanas traseras de sus viviendas. Pues bien, una de esas noches, y cuando la película se acercaba al final y el comisario se disponía a desenmarañar la complicada trama, una vecina se dispuso en una ventana a preparar una tortilla, con el consiguiente y característico ruido que produce el tenedor al batir sobre el plato; el ruido, además de molesto, resultaba ensordecedor, hasta que un decidido espectador gritó: "¡Señora, por qué no se fríe un huevo y así nos podremos enterar quien es el asesino!".

EFEMERIDES

- El Cine Numancia se inauguró en 1931 con "La canción de la estepa" (1930), de Lionel Barrymore, con Lawrence Tibett y Catherine Dale Owen.

- El Royal Victoria se inauguró en 1931 con "La última aventura de Mrs. Cheney" (1929) de Lidney Frnaklin, con Norma Shearer y Basil Ratbone.

-- El Teatro Baudet se inauguró en 1944 con "La ciudad soñada" (1942) de Veit Harlan, con Kristina Soderbaum y Rudolf Prack.

-- El Cine Price se inauguró en 1950 con "Las aguas bajan turbias" (1947) de José L. Sáenz de Herédia, con Adriano Romoldi y Charito Granados. Reformado y nuevamente inaugurado en 1964 con "Fedra" (1962) de Jules Dassin, con Anthony Perkins y Melina Mercouri.

-- El Cine Rex se inauguró en 1954 con "Sansón y Dalila" (1949) de Cecil B. de Mille, con Victor Mature y Hedy Lamarr.

-- El Cine Victor se inauguró en 1954 con "Los cuentos de Hoffman" (1952) de Richard Powell y Emeric Pressgurger, con Moira Shearer y Robert Helpmann.

-- El Cine Greco se inauguró en 1967 con "La batalla de las Ardenas" (1965) de Ken Annakin, con Robert Shaw y Henry Fonda.

-- El Cine Yaiza Borges (antiguo Cine Tenerife) se inauguró en 1981 con la reposición de "Solo ante el peligro" (1952) de Fred Zinnemann, con Gary Cooper y Grace Kelly.

-- El Multicines Oscar's (cuatro salas) se inauguró en 1982 con "El soltero de oro" (1981) de Steve Gordon, con Dudley Moore y Liza Minelli; "Fuego en el cuerpo" (1981) de Lawrence Kasdan, con William Hurt y Kathleen Turner; "Roar" (1981) de Noel Marshall, con Tippi Hedren y Jhon Marshall; y "La conquista de Albania" (1982) de Alfonso Hungría, con Xabier Elorriaga y Alicia Sánchez.

-- El Minicines Charlot (dos salas) se inauguró en 1982 con "El retorno del soldado" (1981) de Alan Bridges, con Alan Bates y Ann Margret; y "Hangar 18" (1981) de James L. Conway, con Darren McGavin y Robert Vaughn.

-- El Multicines Greco (reconversión del anterior Cine Greco en cuatro salas) se inauguró en 1986 con "Unico testigo" (1985) de Peter Weir, con Harrison Ford y Kelly McGillis; "Cocoon" (1985) de Ron Howard, con Don Ameche y Jessica Tandy; "Padre nuestro" (1985) de Francisco Regueiro, con Francisco Rabal y Victoria Abril; y "Superdetective en Hollywood" (1985) de Martin Brest, con Eddy Murphy y Lisa Eilbacher.

-- El Multicines Price (nueva construcción en el antiguo Cine Price; seis salas) se inauguró en 1989 con "Air América" (1988) de Roger Spottiswoode, con Mel Gibson y Robert Downey Jr.; "Negocios de familia" (1988) de Sidney Lumet, con Sean Connery y Dustin Hoffman; "Vida y amores de una diablesa" (1988) de Susan Seidelman, con Meryl Streep y Roseanne Barr; "37 horas desesperadas" (1988) de Michael Cimino, con Mickey Roucke y Anthony Hopkins; "Carta a Alou" (1988), de Montxo Armendáriz, con Mulie Jarju y Eulalia Ramón; y "Monsieur Hire" (1988) de Patrice Laconte, con Michel Blanc y Sandrine Bonnaire.



-- La primera película sonora la proyectó el Parque Recreativo en 1931; se trató de "El angel azul" (1930) de Josef V. Stemberg, con Marlene Dietrich y Emil Jannings.

-- El primer largometraje tinerfeño fue "El ladrón de guantes blancos" (1926) de José González Rivero, con Angelina Navarro y Romualdo García de Paredes. Se estrenó en el Teatro Leal de La Laguna el 6 de Septiembre de 1926.

-- El primer largometraje extranjero rodado en Tenerife fue "La Habanera" (1937) de Detlef Sierk (o Douglas Sirk), con Zarah Leander y Ferdinand Mariam.

-- El primer largometraje comercial español rodado en Tenerife fue "Alma canaria" (1945) de José Fernández Hernández, con Luis Hurtado y Mati Santibañez. La estrenó el Teatro Baudet en 1948.

-- La primera película española en color la proyectó el Cinema Victoria y se trató de "En un rincón de España" (1948) de Jerónimo Mihura, con Blanca de Silos y Conrado San Martín. (El sistema se llamaba "Cinefotocolor", y fue bautizado popularmente como "Tomatecolor" por su deficiente calidad).

-- El primer largometraje con productora tinerfeña, y rodado integramente en la isla, incluso interiores, fue "El reflejo del alma" (1957) de Máximo G. Albiani, con Armando Moreno y María Piazzai. La estrenó el Cine Victor el 18 de Enero de 1957.

-- El primer largometraje de dibujos animados presentado en Tenerife fue "Blancanieves y los siete enanitos" (1937) de Walt Disney y la presentó el Teatro Baudet en 1944.

-- El primer largometraje español de dibujos animados presentado en Tenerife fue "Garbancito de La Mancha" (1946) de José M. Blay, la proyectó el Cinema Victoria en 1947.

-- La primera película en relieve (3-D) proyectada en Tenerife fue "Bwana, diablo de la selva" (1952) de Arch Oboler, con Robert Stack y Barbara Britton. La estrenó el Royal Victoria en 1953.

-- La primera película en Cinemascope fue estrenada en Tenerife por el Cine Victor en 1955; se trató de "La túnica sagrada" (1953) de Henry Koster, con Richard Burton y Jean Simmons.

-- La primera película en Vistavisión y pantalla panorámica proyectada en Tenerife fue "Navidades blancas" (1954) de Michael Curtiz, con Bing Crosby y Danny Kaye. La estrenó el Cine Rex en 1956.

-- La primera "Sala Especial", dedicada al "Cine de Arte y Ensayo", fue el Cine Numancia, que inauguró con "The Servant" (1964) de Joseph Losey, con Dirk Bogarde, Sarah Miles y James Fox.

-- La primera película con olor (Odorama) y única, "Polyester" (1981) de John Water, con Divine y Tab Hunter, la estrenó el Cine Yaiza Borges en 1983.

1959 CHURCHILL EN TENERIFE

Artículo de Daniel Millet relatando la visita de Churchill a Tenerife
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El yate, el de más bellas líneas que jamás se habían visto en el muelle, atracó a las 8:30 de la mañana de aquel 21 de febrero de 1959.
Los diarios ya habían adelantado la víspera que se aproximaba a Santa Cruz, por lo que la expectación era máxima. La noticia había corrido por todas las esquinas. Era azul y blanco, como la bandera de Tenerife, y
llevaba un hidroavión y un Fiat 500 descapotable sobre la cubierta .

La prensa de la época publicó cada detalle. Que iban 42 personas, que  venía de Marruecos o que su más ilustre ocupante, después de echar un vistazo a la ciudad, prefirió permanecer las primeras horas a bordo y ofrecer unas breves palabras a los reporteros: "No me siento con ánimos para un diálogo con la prensa, pero saludo muy cordialmente a esta bella isla a través de los periodistas españoles".

Si una imagen vale más que mil palabras, a la histórica visita de Sir Winston Churchill a Tenerife le sobraban letras y le faltaban fotografías. Así había ocurrido por lo menos hasta que, el pasado 26 de marzo, la  Comunidad de Madrid inauguró la exposición Caminando con el destino.
Winston Churchill y España: 1874-1965, que se puede visitar en El Águila de la capital.

En las paredes de la sala aparecen varias imágenes inéditas de aquel acontecimiento, entre ellas una del
exprimer ministro británico tomándose una copa junto a la barandilla de la terraza del Lido de San Telmo, en Puerto de la Cruz; y otra de Churchill descendiendo por las escalinatas del Christina.

Pero el equipo del comisario de la exposición, el profesor de Historia Política de la Universidad Juan Carlos III David Sarias, encontró nuevo material de aquel paso fugaz, pero glamuroso. "En un vehículo abierto conducido por el propio Onassis, los ilustres viajeros realizan un recorrido por los lugares más importantes de la isla, de cuyos paisajes es el político inglés, como entusiasta aficionado a la pintura, un
gran admirador", dice la inconfundible voz del narrador del Nodo.

Son 49 segundos de filmación en los que se ve a un Churchill achacoso –tenía 85 años– descendiendo por la escalinata para pisar Santa Cruz por primera vez, al demasiado abrigado premio Nobel introduciéndose en el descapotable con Onassis y compañía, y al vehículo recorriendo las irregulares carreteras norteñas, entre plataneras, camino de Puerto de la Cruz.

Ahora parecería normal que el hombre de las citas universales recibiera, tanto en el Nodo como en el resto de medios, halagos de todo tipo y que hasta despertara la vena novelesca en algún cronista como uno de la prensa local que escribió la siguiente entradilla: "La carretera, balcón propicio sobre el paisaje. Whisky y tabaco en la piscina de San Telmo. Una página del Diario de Viaje del expremier británico y la camarera enamorada del cielo azul de Tenerife.
Onassis y la sensación del paraíso. Primavera en el Atlántico. ¿Volará el hidro del Christina sobre el Teide?".

No lo hizo, aunque detrás de aquellos adjetivos y de los segundos del Nodo había un transfondo político. Así lo subraya el comisario de la exposición de Madrid. "El régimen utilizó la visita de quien no hacía mucho había sido un enemigo como parte de su campaña para abrirse al exterior y romper el bloqueo de las potencias occidentales".

Los españoles habían soportado demasiada miseria y ya en aquellos cincuenta la dictadura vio que el turismo era una de las principales salidas. De ahí aquel bombo y platillo. Pero también había una suerte de sarcasmo.
Aquel piropeado era el mismo hombre que recién llegado al cargo de primer ministro, en 1941, aprobó y comunicó a EE UU el plan Pilgrim para invadir Canarias si Franco se aliaba con Hitler en la Segunda
Guerra Mundial.

Después de desayunar frente a la bahía de Santa Cruz jugo de naranja, tostadas –sin mantequilla ni mermelada, pues lo había prohibido el médico– y un café con leche, Churchill escribe en su diario: "Diez y media de la mañana, estoy en  Tenerife...".

No hubo forma de sacar una entrevista al estadista que había levantado la moral de todo un país con su oratoria, al militar que llevó con mano de hierro a sus tropas hacia la victoria en la guerra contra el nazismo, al escritor que había sido galardonado seis años atrás con el Nobel de Literatura, al orador que dejó frases universales. "El problema de nuestra época consiste en que sus hombres
no quieren ser útiles, sino importantes".

Venía de pasar unas semanas con su esposa en el hotel Mamounia de Marraquesh. El 18 de febrero acudió al puerto de Safi, en la costa atlántica de Marruecos, para embarcar con Clementine y su hija Diana en el Christina e iniciar  el crucero por Canarias.

Tras mirar a Anaga y desperezarse, almorzó en compañía del director en Tenerife de la consignataria del buque y su esposa. Luego, a eso de las dos y media de la tarde, él, Onassis y sus respectivas esposas partieron en el Fiat 500 al embrión turístico de la Isla por la carretera general. El multimillonario era tan tiquismiquis que yate, hidroavión y descapotable compartían los mismos colores: blanco y azul. Pararon
varias veces para admirar el paisaje, la última en Santa Úrsula.

Todo estaba tranquilo hasta que llegaron a las piscinas de San Telmo, en Puerto de la Cruz. Los presentes se alborotaron cuando vieron que efectivamente esos que venían en aquel raro vehículo eran Churchill y
Onassis.

Los recibieron con aplausos. El alcalde de  entonces, Isidoro Luis Carpenter, ayudó al exprimer ministro a sentarse en la terraza de la instalación. "Tengo la sensación de que estoy en el paraíso", dijo Aristóteles, mientras el bulldog británico –como lo llamaban los rusos– miraba embelesado a las piscinas y devoraba uno de los puros hechos especialmente para él por la casa J. Cuesta de La Habana.
Mr. Winston no rehuía del canino apodo. De hecho, cuando abandonó la política aceptó muy agradecido el regalo de dos diputados conservadores: una caricatura suya con cuerpo de perro en la que sus
compañeros le escribieron: "Pride of the bulldog breed" (Orgullo de la raza bulldog).

Esa misma caricatura, la original, cuelga hoy de la pared del despacho en Santa Cruz de unos de los mayores churchillianos que hay en Canarias: el parlamentario del PP Miguel Cabrera Pérez-Camacho. "Cuentan que durante la cena que ofrecieron los visitantes a las autoridades locales a bordo del yate de Onassis", rememora Pérez-Camacho, "no paró de fumar y beber ginebra y whisky, y que aún así se mantenía cabal". También se cotilleó, añade el político tinerfeño, que la mujer de éste apenas pronunció palabra durante aquel encuentro.

Mucho tiempo después, el responsable de una tienda de antigüedades de Londres, que había comprado esa caricatura a un biznieto de Churchill, la colgaba en el escaparate cuando Miguel Cabrera pasaba justo por allí. "Fue una extraordinaria casualidad. No me lo pensé", recuerda. Entró, pidió el dibujo, vio que era auténtico y se lo llevó por casi 3.000 euros.

Al abandonar las piscinas de San Telmo, donde hoy se ubica el Lago Martiánez, Onassis dejó una elevada propina al camarero que les había atendido y que había servido un par de whiskys a Churchill. Una gran cantidad de público los esperaba en la avenida de Colón, entre los que había turistas ingleses y alemanes. Le brindaron "un cariñoso homenaje de aplausos", como contaron las crónicas, y él respondió con una sonrisa y con los dedos haciendo la uve de victoria. "Este hombre, a los ochenta y tantos años, come, bebe y fuma como si tuviera veinte", contó el gobernador civil de entonces, Galindo Herrero, después de la cena en el Christina.

Fue una velada con bailes andaluces, pero sobre todo con una exhibición de folclore local a cargo de los autores del himno del CD Tenerife, Los Huaracheros, y de la agrupación Flores del Sur. La mujer de Onassis, Athina, terminó obsequiando a los artistas con bombones y naranjadas.

Esa misma noche, el lujoso yate partió rumbo a Gran Canaria. Allí, Clementine y Athina aprovecharon para bañarse en Las Canteras. El exprimer ministro hizo, por su parte, lo mismo que a su llegada a Tenerife: se quedó en el barco para incorporarse luego a una excursión. La diferencia es que en la isla redonda estuvieron dos días, que aprovecharon para recorrer los principales parajes: la capital, la
caldera de Badama, Arucas, Teror...

El Christina zarpó el 24 de febrero rumbo a La Palma. Allí tuvo lugar una de las anécdotas preferidas de Miguel Cabrera sobre aquel viaje. Nada más enterarse, las autoridades palmeras se pusieron a buscar un chófer que supiera algo de inglés. Costó, pero al final dieron con un taxista que daba el perfil.

El hombre llevó a Churchill, Onassis y compañía por la carretera del sur. Recorrieron Las Breñas, Villa de Mazo y se detuvieron en Fuencaliente. Churchill no se bajó del coche, pero sus acompañantes sí lo hicieron y dieron un paseo bordeando el cráter de San Antonio, recuerda el periodista e historiador Juan Carlos Díaz Lorenzo.

Al regresar a Santa Cruz llegó el momento del adiós. Como el chófer se  negó a cobrar por los trayectos, Churchill le dijo que esperase, que tenía algo para él. Subió al yate, cogió una caja de habanos y se la
regaló. El conductor le pidió que le escribiera una dedicatoria en la tapa. Churchill le preguntó cómo se llamaba. "Nelson", contestó.

El expremier se quedó sorprendido porque era el apellido del héroe naval inglés, el mismo que había perdido el brazo frente a Santa Cruz de Tenerife en 1797. Entonces, cogió la pluma y escribió: "De Churchill a Nelson. Paradojas de la historia". La caja la donó la familia al Cabildo y se conserva en los fondos de la capital palmera.

http://www.laopinion.es/tenerife/2011/04/18/ilustre-visita-sir-winston/340788.html

21.10.11

Un campeón de Arico...TONY FALCÓN


De mi Archivo Epistolar por................Alfonso Morales y Morales

Tony Falcón, un tinerfeño residente en el País Vasco.

COMO HEMOS RECORDADO EN ocasiones, desde hace unos años nos carteamos con Tony Falcón, un canario residente en Astrabudua-Erandio (Vizcaya), ¡todo un campeón de boxeo! ganador de 70 combates como amateur, con sólo cinco derrotas e imbatido en el campo profesional hacia los años noventa del pasado siglo XX; hoy retirado de ese mundo boxístico y dedicado de lleno a su familia y negocios en el País Vasco, al que se ha aclimatado y donde todo el mundo le quiere y venera.
Entre sus múltiples recuerdos, nos evoca uno que nos ha llegado al alma, por estar relacionado con mi amigo y pariente -primo de mi santa madre Matilde, q.H.g.- recordado y querido Imeldo Morales, por esas fechas, alcalde de Arico -antiguo Lomo-, padrino de la madre de Tony, y del que nos dice es una pena que no los valoremos hasta que lamentablemente se nos han marchado definitivamente; refiriéndonos el amigo Falcón cómo durante sus vacaciones le llevaba a la finca que tenía en las Canales Altas, cuando apenas contaba diez u once años.

Lo cual no le impide que recuerde con gran cariño todo aquello que le mostraba el padrino de su madre, "despampanando" las parras cogiendo los higos picos y echándolos sobre las toscas, para pasarlos, y hasta me enseñaba la manera de hacer un "falsete" con una penca partida por la mitad y poniéndole cañas partidas y separadas, para cazar a nuestros bellos pájaros cantores: canarios o capirotes, a los que tampoco fuimos nosotros ajenos en la campiña tacorontera durante los veranos de la infancia y primera juventud.

Para tal periplo, nos sigue refiriendo Tony, la buena de Mercedes, esposa de Imeldo, por la que sentíamos nosotros gran cariño; muy de mañana, hacía una tortilla de papas a su esposo, para que al mediodía tomaran un tentempié que ambos saboreaban, toda vez que Mercedes y Benita -esposa de Alfonso Morales- eran unas expertas en confeccionarlas y... lo sabrosas que las dejaban. "Ambas nos querían como a un hijo", nos siguen diciendo Tony con todo entusiasmo y con la miel en los labios, sólo de evocarlo.

Y recordándolas nos llega a la memoria la madre de Daniel -el del camión- que hacía unos flanes maravillosos para los clientes de su negocio -la fonda de la carretera general- obsequiándonos por las tardes, a la salida de las clases de don Francisco con los flanes que le habían sobrado de sus clientes, muy distintos al recordado "Plan Marshall" de la leche en polvo y el queso amarillo de barra que nos enviaban los americanos.

Años más tarde y con ocasión de los éxitos de Tony Falcón en Málaga, en 1962, al proclamarse subcampeón de España de los "ligeros", que le valió el nombrarle "revelación del torneo"; al que siguieron, en 1963, el campeonato de España de los medioligeros en nuestra centenaria plaza de toros, hoy, ante el vasco Ángel Neches, lo que le valiera que el bueno de Imeldo -a la sazón alcalde de Arico- le comunicara la intención de darle su nombre a la calle en la que había nacido y vivido, al haber sido el primer campeón nacional salido del Lomo.

Era la calle que parte de la puerta de la iglesia de San Juan y llega hasta la calle de Las Topas, donde vivían sus abuelos Pedro Falcón Santana y Mª Rodríguez Alonso, queridos por todos los ariqueros. Con el tiempo, tan buenas intenciones fracasaron; a lo que estimamos contribuyera el nombramiento de Tony para formar parte de la selección española durante tres años, épocas de José Antonio Elola Olaso y Miguel Almanzor Larrañaga, seleccionador nacional de boxeo, que en definitiva fueron los que le afincaron en la preciosa ciudad.

Y concluye el amigo con un recuerdo emocionado para el común amigo Eladio, alcalde actual, todo bondad y entrega a su pueblo, Manolo Marrero, entre otras cosas responsable de las bodegas Cumbres de Abona, los Fumero y los Quillitas, los Borges y un largo etc.

¡Hasta pronto, campeón!